Saturday, July 29, 2006

VIVENCIAS ENTRE CUATRO COLINAS
El pseusónimo , como podrán adivinar es el nuestro .
EXTRAIDA DE ALTALUZ
LA REVISTA DE PUERTO MONTT
Ejemplar de un tiempo atrás de su versión física
La Grabadora Indiscreta

Por el Reportero Jacinto

Tuvimos que movernos con inteligencia para encontrar a un puertomontino que nos quisiera contar algún capítulo de su vida o de otra persona , un suceso que le recordase la historia incontada e inédita, acaecida en nuestro pueblo natal . Lo encontramos . No nos autorizó para nombrarlo , por lo que pedimos excusas a nuestro lectores . Es posible que alguno lo identifique . Pero basta el relato para enternecer nuestros más profundos sentimientos :
" Siempre hubo personajes jóvenes involucrados simplemente en pololeos banales . O en arrimos intrascendentes . Una discusión callejera , un manotazo femenino al rostro de su pareja , una siga disimulada a una colegiala que se dirigía al Liceo . Un apretón fuerte y estrecho en el "malecón" en un atardecer crepuscular lluvioso , de tormenta en el cielo y en los espíritus . Un beso tierno , una mano estrujada por otra mano anhelante de amor juvenil ...o quizás más . Estos cuadros lo divisábamos a diario en el centro, y sobretodo en la costanera . Duetos que operaban sus caricias afirmados en las barandas de cemento , que daban al mar o en las barandas de madera , que separaban el paseo de conchillas blanca con la línea férrea .
No deseo identificar a nadie , daré nombres inventados , supuestos .
Hubo una pareja famosa , al márgen de esta rutina local que he descrito. Paseaba diariamente por el muelle y la plaza a la hora acostumbrada para estos avatares tiernamente amorosos . Conocida de todos . Siempre abrazados por la cintura o por el cuello . Muy formales , sin espectáculos como los que hemos enumerado . Ella , una niña rubia , hija de una de las más conocidas familias de comerciantes de la ciudad . Buena moza , fina figura corporal , muy seriecita , sólo tenía ojos para su doncel amado , él , hijo de una grandiosa familia de profesores de calle Chorrillos , joven deportista del Estudiantes Liceo . Tenía una estampa fornida , alto , más que la chica . El guatón , como le denominaban , jugaba basketball por el primer equipo de su club , un grupo practicante deportivo , que había logrado la fama de invencible en manos de su entrenador Mario Marchant Binder . Me refiero a Estudiantes Liceo .
Un buen día no aparecieron por el clásico paseo de la juventud quinceañera puertomontina de aquel entonces . El joven -lo comprobamos - no llegó a los entrenamientos del primer equipo , no participando , por ende en los encuentros de su Club. Nuestra curiosidad no se vió alentada por nada , pues lo considerábamos algo normal . Una comezón en nuestro interior , sin embargo molestaba , cosquilleando la sangre en las venas . Voltéabamos la cabeza cuando participábamos de la caminata diaria en el muelle , algunas tardes estivales de cambiante clima , que sumaron varias ..., y no los divisábamos. Ya al quinto día nos preucupó en serio esa ausencia de tales habituales actores del muelle .
Las filas de cuatro o más , iban y venían esa quinta tarde semanal . Los gemelos Tampier y los gemelos Ebensberger , que no se juntaron jamás , entre ellos , eran , con todo , de la partida en distintas hileras de paseantes. Recuerdo a otros firmes concurrentes de la ronda marina , al son del viento o de la lluvia , no importaba . Para eso estaban los paraguas o los impermeables : los Toledanos del barrio Miraflores , los Oyarzunesios del cerro Miramar , que algunas tardes alcanzaban al muelle , Herbé Osoriano, Torresilla , Pepe Daien , Morocho Ebensberger, los Fernandezianos, los Olavarríanos , Julito Ebensberger , Gaywistiz el Manzanita , Hernán Tikecarr , todos estos últimos del barrio Talca-Varas , además de Pancho Sepúlvedaliz , Leonidas Reyes , de vez en cuando los Brahmin , los Vargillas Cochemanteca , el diminuto Camán Casanueva , Queño Ojeada , Enrique Rosasino , y muchos más , de cuyos nombres me he olvidado . De las chiquillas recuerdo algunas también : dos hermanas Brahmin Mengel y su interesantísima y seria prima Teruquina, la sonriente y agradable Uchi Pérezze con su famosa manchita en una de sus mejillas , la escurridiza Martina Maldonado , cuatro de las jocosas hermanas Casanueva , algunas de las aristocráticas chicas de la Escuela Alemana de apellido Stangel , las Dreyericz , la Liliana Riedeleman . La hija del Dr.Maldonado , amiga de las Brahmin , una larguirucha que nunca supe como se llamaba . La Esnuer y la Janette Sabresi y su amiga de siempre , la Eliana Kempeau , del barrio Cayenel . Muy rara vez , tal vez los Sábados por la tarde o los Domingos al mediodía , cuando el sol asomaba leve entre las nubes, llegaban las chicas de las monjas , como la Ruby Ebelling , la Gladys y la Daisy Belamonde , la Ruby , Amparo y Viola Fernandeziano , entre otras .
...Decíamos , que la pareja más "caballera" , por decirlo de alguna manera , conocida y tranquila de todas las que normalmente pasearon por el muelle , ya no se vieron en aquel entonces participar , como todo el resto , del habitual rito del rodaje humano por la pasarella que se adentraba en el mar , conversado y lleno de miradas , guiños , y señas . Más tarde , es decir , para ser más exactos , algunas semanas después , supimos lo que había ocurrido . Increiblemente la Tero –asi se llamaba ella – falleció de un cáncer fulminante , que tan sólo demoró , para corroer y doblegar ese hermoso y frágil cuerpo juvenil , unos veinte días . La noticia llegó a nosotros de una manera ilógica , cruel , desatinada , fuera del contexto normal de la vida , de aquella existencia que creíamos libre de todo mal . Navegábamos por sus ondas temporales, en aquel entonces, como en un mar calmoso y pleno de olas acariciantes y brisas de maravilloso optimismo . Nadie atinaba a sopesar la realidad fatalista , en aquel teatro de nuestros mejores días . La risa y sonrisa de aquel escenario tan amado junto al mar , se silenciaron por un tiempo , Del avatar alegre y tranquilo de nuestros seres de jóvenes soñadores, anhelosos de un intercambio ritual de palabras y poesía , al compás de una marcha reiterativa sobre los gruesos tablones del andén reloncaviano aquel , testigo de nuestros inocentes devaneos amorosos , plenos de regocijo y confianza en un futuro que desconocíamos aún , no quedaba mucho golgorio juvenil . Por lo menos entre los más cercanos y conocidos.
De Andrés, el muchacho de la historia , no se supo hasta que al cabo de unos 6 a 7 años llegó desde Santiago la noticia de su muerte . Había sido encontrado en alguna calle de la gran capital, yerto y frío , con señales de consumo de alcohol , al amparo siniestro de las bajísimas temperaturas que asolaron la metrópólis en esa época .

Fatídico corolario para una bella historia de amor truncada por el destino cruel , cuyos públicos y sociales capítulos más hermosos se gestionaron en ese muelle , al fragor de la dicha juvenil , de una plebe adolescente , que no tenía responsabilidades ni metas . Sólo el sentimiento y la emoción de un encuentro de mutuo entendimiento que iluminó esos corazones tiernos, en un lapso transcurrido en nuestro pueblo natal . Esa generación brindó generosas y sanas escenas de cariño , que la muerte de aquella pareja hizo declinar para siempre . Se cree , que desde este amargo suceso , los jóvenes dejaron de concurrir al muelle a pasear su alegría . Todo fue un silencio abrumador en las tardes de mi pueblo querido en ese muellecito que , algunos años más tarde , el sismo del 60 , destruyó para siempre .

La luz mortecina de un fin aleve marcó también para siempre nuestros espíritus incrédulos .

Ha sido vuestro amigo fiel de siempre que ha venido hoy con una historia conmovedora protagonizda como una vivencia entre cuatro colinas .

J E R J E S


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